Las transformaciones en ciudades pueden retrasar o detener el deterioro ambiental, según se ha indicado en la Cumbre de Río +20

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La acción transformadora de las ciudades y de los gobiernos locales es crucial para retrasar o detener la degradación del medio ambiente, señala un informe divulgado hoy en la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.Fuente: diariovasco.comEl estudio, publicado por la asociación internacional ICLEI- Gobiernos Locales por la Sostenibilidad, es un anexo del informe "Panorama Ambiental Global 5", elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) con aportaciones de 300 especialistas.Según el documento, las autoridades locales juegan un papel fundamental en la aplicación de los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente porque pueden facilitar la transición hacia una economía verde en el ámbito urbano y también fijar metas más ambiciosas de desarrollo sostenible.Las políticas exitosas implantadas por algunas ciudades pueden ayudar a que el siglo XXI sea sostenible desde el punto de vista ambiental si se repiten en otras ciudades o países, agrega el estudio."Las ciudades y los gobiernos locales juegan un papel importante al dar ejemplos que se pueden repetir, por lo que su contribución debe ser reconocida como crucial", manifestó el secretario general de ICLEI, Konrad Otto-Zimmerman.En el documento se citan programas exitosos de ordenamiento urbano como una asociación público-privada en Pangkalpinang (Indonesia), que ha transformado una antigua zona minera de estaño en un jardín botánico con nuevos servicios ecológicos, incluidos los suministros de agua, para las comunidades locales.En Tokio se ha desarrollado un programa de "edificios verdes" con el fin de reducir para el 2020 las emisiones de carbono en un 25 por ciento con respecto al 2000.Una iniciativa similar se ha puesto en práctica en San José (California, EE.UU.), con la política de "construcción verde" para reducir el consumo de energía y agua en los nuevos proyectos residenciales, comerciales e industriales.También en Bonn (Alemania) se promueve la compra de bienes y servicios sostenibles, lo que contribuye al fortalecimiento ecológico de las cadenas de suministros más allá de los límites de la ciudad.Bogotá es citada como ejemplo por su política de ordenamiento territorial y del transporte urbano colectivo mediante la implantación del Transmilenio, un sistema de autobuses rápidos que circulan por corredores especiales, iniciativa en la que se han inspirado otras ciudades, entre ellas Río de Janeiro.El informe destaca además el plan de gestión integrada de la costa de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), que ha establecido límites a la expansión urbana, o el programa de gestión ambiental de Windhoek, capital de Namibia, para proteger de la contaminación la presa de Goreangab, de donde se abastece de agua."Ellos ya están mostrando que los cambios radicales son posibles, y el liderazgo mundial se puede construir sobre estos logros en la Río+20", agregó Otto-Zimmerman.El estudio advierte que a pesar de iniciativas exitosas, las ciudades en general enfrentan desafíos ambientales y tendrán que encarar nuevos retos como resultado del crecimiento de la población y la urbanización que pueden comprometer la seguridad energética, el acceso al agua y el saneamiento y la biodiversidad.La situación de las ciudades será debatida desde mañana en la Río+20 con un seminario que concluirá el martes con una cumbre de alcaldes del C40, del cual forman parte las mayores ciudades del mundo, mientras que ONU-Hábitat lanzará el lunes la campaña mundial "I'm a City Changer" (Soy un cambiante de la ciudad).